jueves, 8 de octubre de 2009

Sos Vos

Catorce velas encendidas alumbraban mi rostro cuando decenas de aplausos aturdían mi concentración para decidir lo que definiría el resto de desconocidas edades que me faltaban por vivir. Algún comentario desalentador minimizaba aquella concentración que ponía en vilo mi destino, con una entre sonrisa y un poco de rubor natural en mis mejillas pude al fin elegir aquella sentencia a mi monótona vida.
Dieciseís velas encendidas alumbraban mi rostro y las mismas decenas de palmas aturdían ya no mi concentración, sinó ya esta vez mi penoso desaliento debido a los 730 días de aquella angustiante espera. Día a día trataba de encontrar señales de aquel deseo en cualquier lugar, en cualquier persona, en el más mínimo detalle,busqué en la parada del colectivo, busqué en algún rostro plenamente atractivo, busqué en el más mínimo gesto de coquetería, busqué en algunos lugares de actividad social de bajo costo. Hasta decidí solicitarle ayuda a sustancias tóxicas con el fin, ya resignado, de engañar a mi realidad y similuar el hallazgo de la sentencia de mi vida.
Llegaron las Diecisiete,Dieciocho,Diecinueve velitas, ya cansado de aquella maldita y exasperante no llegada de lo requerido,pensé que quizá mi lugar natal no era el elegido para que mi sueño se manifestara, busqué cualquier pretexto existencial burdo y pestilente, hastá armé situaciones de despedidas,lágrimas falsas,muestras de afecto hipócritas, promesas carente de posibilidades de cumplirse, me aproveché de mi dueño y sutil y elegantemente le extraje bienes monetarios y cual prófugo político huí con la más exquisita sonrisa en mi rostro.
Veinte velas y pensé: espero que a todas las velas fabricadas en el mundo les sea imposible cumplir con su objetivo de fabricación, deseé que nadie más alguna vez pudiese ver su rostro reflejado en una barata y nauseabunda torta hecha por algún familiar con pocos ingresos. Que a nadie más se le engañe con la expectativa que todo se puede hacer realidad.
Deseé que las estrellas fugaces,las luces de vengala,los ecplipses y todo aquello que remita a una ilusión de deseo, desaparezca, se destruya o yo me encaragaría de construir la mayor arma de destrucción masiva de objetos de esperanza.
Veintiún velas iluminaban mi rostro, me encontraba solo,desamparado,desprotegido,temeroso,entregado,abusado,manoseaso,estaba rendido.
En el momento que decido agotar mi último rayo de esperanza pude, por primera vez soplar todas las velas y con toda la satisfacción existente y a pesar de todos los momentos de extremo riesgo, ahora sí decidí creer plenamente que los deseos llegan, no cuando uno los desea, tardan pero se cumplen. Eras vos, Sos vos.

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