Nervioso

Es recurrente en mi esta palabra y estoy seguro que en el fondo de mi ser desearía no recurrir más a ella, y cuando por fin no la empleo, otro se encarga de hacerlo.

Sí, hoy estoy nervioso, estoy terriblemente nervioso, jodidamente nervioso, insoportablemente nervioso, a punto de explotar. No me puedo calmar, es simple, aún no tengo autocontrol.

Finalmente tengo proyectos de teatro, finalmente me estoy adaptando a esta ciudad , finalmente llevo una buena relación familiar, finalmente eliminé ciertas personas de mi vida. Finalmente me encuentro feliz pero nervioso.

Alguna vez alguien me dijo que debería aprovechar mis puntos débiles, por ejemplo, si me encontraba nervioso en escena, pues aprovechar este estado, no ahuyentarlo más bien incorporarlo, uno nunca sabe en que se puede derivar esa sensación.
Pues justamente quiero que esta sensación se derive a algo más productivo, quiero canalizar todas estas energías en estos dos proyectos teatrales.

Voy a ser reiterativo el teatro es mi vida, sí, así de profundo. Y tengo miedo que todo salga mal, muero de miedo si se cae un proyecto, me horroriza pensar que se pueden caer los dos y yo con ellos me derrumbo. Lamentablemente mi pseudo ciclotimia no colabora en ciertos momentos relevantes de mi vida.

Pues aquí estoy, a punto de cumplir 24 años, a 6 meses de haber dejado Buenos Aires ,a 3 meses de haberte dejado en el aeropuerto,a 2 meses de haberme reconciliado con Lima, a casi 2 meses de estrenar, a un día del ensayo, a horas de hablar por teléfono y a segundos de escribir que muero de miedo. Y creo que no es tan malo ¿No?