
Quizá la cocina represente solo un ambiente del hogar en la cual uno elabora ciertos platos para satisfacer la necesidad básica de la alimentación, obviamente.
Pero en esta obra representa mucho más, para algunos personajes una escapatoria a su realidad, para otros el momento indicado para enfatizar sus habilidades,en otros casos darse valor para expresar sus sentimientos o simplemente lograr acuerdos a su propio beneficio.
Todos estos conflictos encierran "Cocina y Zona de Servicio" o en su nombre original "Cuisine et dépendances" de la francesa Agnès Jaoui, a punto de culminar la temporada en el Teatro La Plaza Isil de Larcomar, bajo la dirección de Marisol Palacios.
Con un ritmo lento, a mi parecer al inicio de la obra, se permite visualizar las diferentes actitudes de los actores frente al "agasajo" que tienen preparado la pareja de esposos interpretados de una manera muy divertida y con gran conexión Montserrat Brogué y Sergio Galliani a un amigo de la adolescencia, el cual ahora es una celebridad, dos problématicos hermanos de los mismos, encarnados por Pablo Saldarriaga y Miguel Iza, éstos dos en mi opinión se llevan lás palmas más fuertes, encierran el elenco con Wendy Vásquez.
Poco a poco los conflictos se hacen más evidentes, los recuerdos invaden, los reproches se intesifican y el caos da la bienvenida a situaciones sumamente divertidas, una dínamica esperada desde el inicio, de esta manera al transcurrir un poco más de la mitad de la obra toma un ritmo que genera resultados evidentes, esto se percibe a la reacción del público y al nivel de conexión en el que se encuentra.
Creo que algunas escenas simplemente pasaron sin ningpun tipo de relevancia. Discutiendo con un compañero sobre la puesta, llegamos a la conclusión que la dirección pudo haber estado un poco mejor, es decir enfatizar ciertos aspectos de la dramaturgia que pasaron simplemente o al menos no se vieron reflejadas en las interpretaciones.
En lo personal no es un tipo de obra que elegiría ver como primera alternativa, pero tampoco puedo negar que me divertí en ciertos momentos y destaco el muy buen desempeño de los actores, que a mi opinión a pesar de algunas carencias, supieron sacar adelante la obra y escuchando comentarios finales de los asistentes se fueron gratamente complacidos.
Quizá es uno de los beneficio de toda arte, no todos lo pueden disfrutar pero si solo una persona pudo desconectarse de su realidad por un instante e involucrarse, vale la pena.
Si quieren pasar un buen momento y disfrutar de buenas actuaciones, vayan, la mesa está servida pero no por mucho tiempo. Apresurénse o de lo contrario se quedarán sin degustarla.